La apreciación del mal aliento, sin embargo, puede ser subjetiva y de tipo social, ya que un mal olor puede no molestar a quienes nos aprecian pero al mismo tiempo ser causa de rechazo en determinados círculos sociales o profesionales.
Como destaca la odontóloga Elena González aumentan los casos de mal aliento entre las personas por falta de higiene. Y aunque es sabido que el mal olor de la boca puede ser indicio de problemas digestivos es más probable que provenga de alimentos acumulados entre los dientes, inflamación de las encías, caries, fumar, beber café y sodas carbonatadas o bien por infecciones respiratorias y acumulación de moco.
La falta de piezas dentales ocasiona desde la mala digestión hasta dolores musculares en cara y cuello. Además, la bacteria que ocasiona la caries a largo plazo puede provocar problemas valvulares del corazón.
De cualquier manera existen olores característicos que pueden ser signos de enfermedades sistémicas como son un olor a pescado en casos de insuficiencia hepática, otro de tipo amoniacal que está relacionado con problemas renales y el típico a frutas durante los procesos de desequilibrio de la diabetes. En estas situaciones será de vital importancia visitar al doctor.
A pesar de lo simple que parece ser resolver el problema del mal aliento, encontramos a muchas personas a la última moda, coche de lujo, bañadas en perfume de marca ¡pero que abren la boca y echan para atrás! ¿Por qué no se cuidan? ¿Les dará lo mismo tener unos dientes amarillos y mellados y que la gente los mire de lado cuando hablan? O tal vez será porque la seguridad social no incluye el cuidado dental en todas sus ramas.
El cuidado de los dientes es básico y aunque en ocasiones es costoso, no será suficiente razón para no hacerse cargo de cualquier problema en cuanto se presente. Proteger la salud es responsabilidad de cada uno. Así que la próxima vez que quieras cambiar de modelo de móvil mírate en el espejo y échale un vistazo a tus dientes.
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